Las palabras igual que las personas nacen, viven y mueren. Nacen vibrando en nuestro corazón, viven entrando en sintonía con los demás y mueren cuando su significado se manipula, se manosea y se pierde.
Este es un blog regido por la Ley de las Correspondencias. Lo que en él veáis, oigáis o leáis no será un símbolo de la Realidad, sino la propia Realidad en una de sus formas. Solo tenéis que “daros cuenta” (syneidesis en griego)